La responsabilidad social corporativa, bien comunicada, fomenta el bienestar psicológico de los empleados

La responsabilidad social corporativa (RSC) es un compromiso de la empresa por desarrollar su actividad reduciendo el impacto que ésta pueda generar en el medio ambiente y en sus grupos de interés. Se trata de un concepto integrador que considera al mismo nivel las áreas económica, social y ambiental de la actividad empresarial.

Las empresas socialmente responsables y conscientes, con una buena comunicación como herramienta principal, contribuyen de manera directa en el bienestar mental de sus empleados

Por otro lado, la Asamblea General de la ONU adoptó en 2015 la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad.

En dicha agenda se plantearon 17 objetivos con 169 metas que también engloban los ámbitos económico, social y ambiental.

Ambos, responsabilidad social corporativa (RSC), y objetivos de desarrollo sostenible (ODS), se alinean perfectamente. El cumplimiento de los objetivos de la RSC conlleva el cumplimiento directo o indirecto de los ODS y viceversa.

En el plano del bienestar de los empleados, que claramente ha tomado mayor relevancia en los últimos tiempos, estos ODS han definido unas metas elevadas pero a la vez inspiradoras para las empresas que realmente quieren apostar por el cuidado y bienestar físico y psicológico de su plantilla. Las compañías deberán desarrollar e integrar buenas prácticas en sus organizaciones para alcanzarlos.

 

El deterioro de la salud mental: riesgo global para 2022

El Foro Económico Mundial, en su informe 2022, ha definido el deterioro de la salud mental como uno de los 5 principales riesgos globales a corto plazo. Como es de suponer, la pandemia provocada por el Covid-19 ha tenido mucho que ver en esta situación, aunque no ha sido el único motivo, y este riesgo es uno de los que más ha empeorado por detrás de la cohesión social, la crisis de supervivencia y la ineficacia de la acción climática.

En los últimos dos años se ha disparado el número de casos de depresión, soledad, ansiedad y estrés. La OMS estima alrededor de 53 millones de casos adicionales de depresión, convirtiéndose en la principal causa de discapacidad

 

 

El bienestar de los empleados como compromiso empresarial

Actualmente, y cada vez de manera más generalizada, las empresas impulsan iniciativas para apoyar y velar por la salud mental de sus empleados por considerarlo vital para el buen funcionamiento de la compañía y, por lo tanto, para la sostenibilidad de la misma.

Un papel determinante en el bienestar del empleado lo tiene el que la organización tenga un propósito bien definido y compartido que se materialice en un impacto positivo dentro de la propia compañía y, al mismo tiempo, en el mundo.

Las personas, y especialmente las nuevas generaciones, buscan formar parte de organizaciones de las que sentirse orgullosos. Por supuesto que es importante que el negocio funcione para sentir ese orgullo, pero con eso ya no basta. Se busca ‘dejar huella’, tener un impacto positivo en la sociedad. Trabajar en una compañía con una responsabilidad social empresarial.

Por este motivo, la empresa en la que se trabaja tiene que ir en sintonía con esta necesidad vital. 

De este modo, los empleados sentirán que están en la empresa en la que quieren estar, aquella que se ocupa no solo de sus cifras de negocio, sino también de su bienestar y de la sostenibilidad del propio planeta.

Para que todo esto funcione, toda la compañía tiene que estar involucrada en el propósito de la organización y ese propósito tiene que estar alineado con la estrategia general de la compañía, así como con su impacto social y ambiental.

 

Un propósito corporativo bien comunicado mueve montañas

Cada propósito es diferente y único y, de algún modo, está relacionado con la parte emocional de la compañía. Tenemos que tener en cuenta que define el tipo de empresa y sus motivaciones. Con un propósito compartido y sostenible se pueden desplegar de manera coordinada y coherente la cultura empresarial y el servicio o la producción para los clientes.

Las palabras que se utilizan y la forma de comunicar son fundamentales, así que si queremos que todos los miembros de la organización asimilen y hagan suyo el propósito corporativo, tenemos que comunicarlo con un lenguaje sencillo y comprensible para todos.

Una buena comunicación contribuye a generar coherencia y credibilidad en el discurso, lo que a su vez promueve la cercanía y la conexión con los diferentes públicos. 

Todo esto favorece que el propósito enraíce en todos los miembros de la organización y, con esa motivación única como bandera, actúen de manera coordinada y coherente.

En resumen, las empresas socialmente responsables y conscientes, con una buena comunicación como herramienta principal, contribuyen de manera directa en el bienestar mental de sus empleados, algo fundamental en la sociedad y en el mundo que vivimos y, sobre todo, en el que debemos construir.

Maite Pérez Jiménez

Maite Pérez Jiménez

Directora de Brandok Comunicación

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